Percibo mi pie embutido en unos zapatos nuevos y rígidos, no los veo, pero sé que son de charol, algo que yo no me pondría nunca. Percibo mis manos entrelazadas sobre el vientre, los dedos fríos, gélidos en realidad. Noto el peso de la cabeza sobre la nuca, un tremendo peso, no puedo moverla en absoluto, lo cierto es que nada en mi se mueve.
A través de los párpados cerrados, observo un borde de caoba reluciente que me encajona e inmediatamente un contrapicado de tierra y raíces que forman un cuadrilátero perfecto. Las cuatro esquinas fugan hasta una ventana al cielo con marco verde de recortado césped. Alguna nube blanca y esponjosa cruza el añil.
Y ahí en semejante escenario van asomando mis seres queridos. Sus caras compungidas, cansadas, y húmedas de lágrimas se despiden desde lo alto. También percibo la cálida luz del recuerdo en sus ojos.
Definitivamente es el último ADIÓS.
Esta macabra escena que he descrito no viene a ser más que una de las tretas comunes de nuestro ego, una vil defensa del mismo para no verse menguado. Imaginar o soñar con nuestro funeral, deseando ser recordados y queridos. Deseando dejar la mejor de nuestras huellas en el mundo.
En la tesitura que estoy, mi ego se encontraba tranquilo, a su bola, sin darle demasiada importancia a la despedida. Con el tiempo, los círculos de amistades se van cerrando y los devenires de la vida, a menudo, los ahoga por completo. Por eso, en ningún momento me planteé una super despedida y mucho menos la esperaba.
¡Cuan equivocado estaba! No he tenido mi fiesta con gorritos y globos, y menos mal. Pero si el cariño en dosis pequeñas, como píldoras de amistad, no un atracón de unas pocas horas lleno de lazos demasiado escurridizos. Las comidas alrededor de una buena mesa, las palabras de ánimo o la expresión de orgullo en algunos rostros. Eso apena el corazón por la partida pero llena el alma para afrontarla. No se como daros las gracias. Me voy infladete :)
Aún me queda lo más duro, despedirme de mi familia y sobre todo de ellos... mi niño y mi chinito morocho.